lunes, 6 de agosto de 2007

La necesidad

Ayer fui a la tienda. Necesitaba champú y algunas otras cosas personales que hacía mucho que no compraba yo sola.

Verán... cuando voy al súper, además de la publicidad que resuena en mi cabeza, voy con mi marido.
Durante el tiempo que he estado casada siempre ha sido así. Llegó un momento en el que dejé de fijarme en la marca de las toallas sanitarias, no porque me diera pena, es sólo que preferí omitir la opinión de Gerardo.
El caso es que ayer me detuve, al rededor de una hora y media en el estante de las toallas femeninas. Tomé cada uno de los paquetes y los revisé cuidadosamente... ¿alóe?, ¿alas?, ¿para tanga?, ¿con algodón y manzanilla?... Resultó que las que yo había estado consumiendo los pasados siete años hace ya una buen rato que no estaban en el nivel de modernidad tecnológica en el que sí estaban otras marcas.
Me compré unas que vienen en empaque azul y un champú que hace que el cabello brille como espejo.

Hace algunos meses (no recuerdo cuántos) que comencé a tener las pesadillas.
Verán... yo estoy en el centro de un círculo formado por personas en la calle y corro al interior de un pequeño bar. Un hombre me mira y dice:
"He's not a bad man"

And the I run to the bathroom and lock the door.

El baño, a diferencia del bar, está perfectamente iluminado y es blanco. Alguien comienza a tocar la puerta, primero con calma y luego más y más fuerte, como si quisieran derrumbarla. Un estruendo provoca que cierre los ojos y cuando los vuelvo a abrir, el baño blanco está cubierto de sangre. Yo misma tengo sangre en las manos y en el cabello.

Me despierto.
Tal vez no debí comprar toallas con algodón ayer en el supermercado.

El agua tibia resbala por mi espalda. Me siento bien esta noche.

Tal vez fueron las pesadillas.
O los siete años de necesidad.
Tal vez fue sólo que cambié de marca.

Gerardo está en el sofá.
Se desangra.



Le corté la garganta.



El agua tibia se lleva el rojo. Sólo veo el azulejo blanco. Mis ojos se cierran poco a poco. Y me pregunto...

¿Qué veré cuando los abra?

2 comentarios:

Anita Iruretagoyena dijo...

Primer comentario (a reserva de hacer la crítica más enserio)
No manches!! ¡Escalofriante!... Además, eso de leerlo a la par de la rola de She wants provoca una experiencia aún más intensa.

Ya nos llevas de calle al Wal y a mí.. pero verás: te alcnzaremos

Natalia dijo...

Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja!!!!!

Espero tu crítica, siempre bienvenida y acogida.

Besos